Después Lot salió de Soar con sus dos hijas, pues no se sentía seguro allí, y se fue a vivir al monte, en una cueva. " Abundan en la región las cuevas , y en ellas creyó Lot encontrar más seguro refugio que en la próxima ciudad de Segor. Esta bien manifiesta la intención satírica del autor sagrado al hacerse eco de la tradición sobre el origen de estos pueblos, hacia los cuales querían infundir aversión a causa de sus abominaciones idolatricas y del peligro de contagio para Israel por su proximidad (cf. Núm 25,1 ss.; 1 Re 11,7.33; 2 Re 3,27).
Entonces dijo la hija mayor a la menor: «Nuestro padre está viejo y no ha quedado ni un hombre siquiera en esta región que pueda unirse a nosotras como se hace en todo el mundo. Ven y embriaguémoslo con vino y acostémonos con él. Así sobrevivirá la familia de nuestro padre.» Y así lo hicieron aquella misma noche, y la mayor se acostó con su padre, quien no se dio cuenta de nada, ni cuando ella se acostó ni cuando se levantó. Al día siguiente dijo la mayor a la menor: «Ya sabes que me acosté anoche con mi padre. Hagámosle beber vino otra vez esta noche y te acuestas tú también con él, para que la raza de nuestro padre no desaparezca.» Le hicieron beber y lo embriagaron de nuevo aquella noche, y la hija menor se acostó con él. El padre no se dio cuenta de nada, ni cuando ella se acostó ni cuando se levantó. Y así las dos hijas de Lot quedaron embarazadas de su padre. La mayor dio a luz un hijo y lo llamó Moab: éste fue el padre de los moabitas, que todavía existen hoy. La menor también dio a luz un hijo y lo llamó Ben-Ammí, y es el padre de los actuales amonitas.